Los hábitos alimenticios son muy importantes en nuestro día a día, ya que desconocemos muchas de sus consecuencias, debido a que lo llevamos a cabo por costumbre.
Siempre se pensó que lo recomendable era realizar tres comidas al día. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que lo más beneficioso para nuestra salud es realizar cinco ingestas, aumentando una a media mañana y otra a media tarde. Ambas deben de ser menos abundantes que las comidas principales (un yogur o una fruta). Así, se evita el malestar abdominal, la acidez o el sueño que pueden provocar tres tomas demasiado abundantes.
Este nuevo hábito también te puede ayudar a adelgazar, ya que acelera nuestro metabolismo. Al hacer sólo tres comidas dejamos pasar demasiado tiempo entre ellas, por lo que llegamos a las comidas principales con más apetito. Esto, junto a un aumento de la ansiedad, provoca que comamos de manera más compulsiva, ya que nuestro cerebro no detecta que estamos saciados hasta pasados aproximadamente quince minutos desde el inicio de la toma.
Otra de las consecuencias que acarrea es un aumento del cúmulo de grasa en nuestro cuerpo. Esto se puede explicar de una forma sencilla. Cuando pasamos horas sin comer, nuestro organismo detecta la falta de alimento para realizar las actividades diarias, por lo que recurre a las reservas de grasa. Por lo tanto, en la siguiente ingesta guardará más cantidad de grasas para futuros períodos de necesidad.
Además, el realizar más comidas en menores cantidades ayuda a que el organismo mejore la regulación de glucosa en sangre, dato especialmente relevante en personas que padecen diabetes. Por otra parte, al evitar grandes atracones, se evita también un aumento de la lipemia (cantidad de lípidos en sangre), lo que conlleva a un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Esto es muy importante en personas propensas a tener una alta lipemia postpondrial (después de las comidas).
En definitiva, cuidar los hábitos alimenticios es mucho más importante de lo que puede parecer, ya que no solo afecta a nuestro físico, sino que repercute directamente en nuestra salud y, por lo tanto, en nuestra vida. Por esto, todos deberíamos dedicarle un poco más de tiempo a pensar en cómo conseguir una alimentación saludable.
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